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Trabajando con el profesorado del CEIP San José Obrero

La raíz del programa Participar para vivir la Vida en el Centro que coordinamos desde Ecotono desde hace varios años tiene un eminente carácter educativo. Este ambicioso proyecto responde a la necesidad de crear una ciudadanía global crítica que participe activamente en la construcción de una sociedad que asegure la sostenibilidad y el cuidado de la vida humana y medioambiental. 

Y es que el sistema educativo actual no está dando respuestas a esta necesidad, por lo que son necesarias intervenciones educativas que favorezcan la adquisición de saberes que nos permitan participar activamente integrando criterios de Sostenibilidad, Género y Justicia N-S en la toma de decisiones. 

El proyecto busca el desarrollo de propuestas didácticas que permitan generar procesos de participación poniendo la Vida en el Centro, principalmente en los contextos educativos formales, como el CEIP San José Obrero (con la financiación del Servicio de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Sevilla).

En todo este contexto, la labor del profesorado resulta trascendental, y así lo venimos contemplando desde principios de este año trabajando con este grupo codo con codo. Lo hacemos a través de una metodología activa y participativa, propias de la construcción colectiva de conocimiento y de los procesos constructivistas de enseñanza aprendizaje. 

Las actividades programadas para el profesorado en las diferentes etapas se centran en transmitir el marco teórico-práctico del programa y aseguran que aprehenden bien en qué consiste participar para vivir  la Vida en el centro, ya que serán los encargados de trabajar con el alumnado.

A principios de este año tuvimos una sesión inicial con todo el claustro en la hemos presentado la propuesta en general, los antecedentes del proyecto y en qué consiste la implementación, para que valoren su participación e implicación. 

Asimismo, en estos meses también hemos celebrado diversas sesiones de trabajo en las que, además de desarrollar distintas actividades (“Sostenibili-qué”, “El participa-test”, etc.), hemos abordado otras cuestiones fundamentales para el desarrollo de este proyecto en el CEIP San José Obrero como qué es participación y cómo conseguimos que la participación ponga la Vida en el centro; las líneas y fases del programa; los materiales que ofrece y asesoría; exposiciones de dudas, resoluciones y evaluaciones, etc. 

Y es que el equipo de Ecotono, además de asesorar, motivar y orientar al profesorado del CEIP San José Obrero, lleva a cabo una labor de acompañamiento que seguiremos desarrollando durante los próximos meses. 

Encuentro inicial de coordis para la elaboración del itinerario metodológico online (2/2)

El otro día abordábamos en este blog la primera reunión mantenida con el equipo de coordis que, como fue muy intensa y fructífera, hemos decido seguir desarrollándola en una segunda parte que a continuación pasamos a detallar. 

En ella hablaremos de los padlets, de la importancia que tiene definir bien los grupos de familias y alumnado de Primaria y Secundaria, de cómo nos condiciona la brecha digital en todo esto, qué nos gustaría y qué no y de los retos que nos planteamos en este proyecto para que la participación online sea exitosa. ¿Pasamos a verlo?

 

Los padlets: nuestras herramientas para trabajar y aprender de manera colaborativa

Como vimos en el anterior post, una vez hechas las presentaciones con el equipo de coordis y contextualizado este proyecto que desarrollamos gracias a la financiación de la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo Internacional (AACID), seguimos con la faena.

Y es que en este primer encuentro nos centrábamos en la elaboración del itinerario metodológico online con enfoque socioafectivo para la propuesta PPLVC y, para ello, contamos con unas herramientas que nos encantan. Hablamos de los padlets. 

Estos favorecen el compartir ideas, información y colaborar de manera conjunta de una forma dinámica y creativa. Nos permiten incluir textos, imágenes, vídeos, enlaces y documentos en distintos formatos, ayudando a una mayor interacción y comunicación con quienes los estamos usando. ¿Lo mejor de todo? Que los padlets son una herramienta útil y efectiva para compartir información de forma creativa y colaborativa y pueden adaptarse a distintas necesidades y objetivos de uso.

 

Padlet 1: ¿qué tenemos entre manos?
Su objetivo era responder preguntas sobre las características de los grupos con los que trabajaremos y cómo asegurar una participación online exitosa, teniendo en cuenta posibles problemas como la brecha digital. Leímos los resultados en voz alta y recogimos los principales comentarios y conclusiones. 

Abordamos la importancia de la conciliación horaria en la educación Primaria por lo que propusimos la realización de actividades flexibles que fomenten la participación así como la necesidad de que exista o no cierto acompañamiento.

En cuanto a Secundaria, pusimos de manifiesto la falta de formación en materia de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) no solo en el alumnado, sino también en sus familias por lo que decidimos generar un manual para optimizar los recursos digitales. Y es que, aunque en los centros se hayan repartido ordenadores con la pandemia, el problema de la participación online no es solo técnico. Por eso debemos ser radicales e ir a la raíz en los análisis y planteamientos.

Por otro lado, también tratamos la pertinencia de desarrollar actividades fuera del horario escolar y posibles soluciones para que la motivación a las mismas funcionara. En cualquier caso, concluimos que tanto el compromiso como el interés eran variables. Por eso, las  eficaces serían aquellas con objetivos y plazos claros, lo que aumentaría la participación y el compromiso.

 

Padlet 2: ¿qué nos mola y qué no?

Antes de empezar a cumplimentarlo, desde Ecotono quisimos pararnos en el mapa interactivo, las líneas de líneas de trabajo, los itinerarios, algunas de las actividades y herramientas. También en las seis etapas imprescindibles de cada itinerario. 

Tenemos que diseñar una metodología online atractiva, útil y funcional, que pueda utilizarse en la comunidad de prácticas que se generará el año que viene y, aunque nos encantaría hacerlo de manera presencial, debemos hacer el esfuerzo de diseñar una metodología online.

Rellenamos un segundo padlet para pensar en qué sería bueno y qué no en itinerarios online. Eso sí, siendo muy realistas. Precisamente por ello consideramos la posibilidad de ofrecer las propuestas metodológicas a las Ecoescuelas, concluyendo finalmente en que redactaríamos un borrador del proyecto que cuente con la opinión de ese grupo de seis coordis para el documento final. ¿Siguiente paso? Reuniones futuras y un encuentro final entre los Comités Ambientales de todos los centros. 

En suma, este primer encuentro rezuma motivación, ganas e ilusión por las siguientes convocatorias, así como del encuentro que estamos planeando. Y es que así da gusto trabajar…

 

¿Cómo van a cuidar cuando crecen si ningún hombre les cuidó a ellos cuando eran pequeños?

Primero los cuidan sus madres, luego sus abuelas, llegan a la guardería y la monitora es una mujer y lo mismo ocurre en el cole, cuando empiezan la educación Infantil. ¡Incluso en los primeros años de Primaría las maestras son mayoría!! Entonces, si las referencias de personas cuidadoras han sido mujeres desde la más tierna infancia, ¿cómo nos sorprendemos de que la mayoría de los hombres no hayan interiorizado ni practiquen los cuidados? 

Porque emosido engañada. Porque no hemos nacido para cuidar, ni lo hacemos mejor de manera innata. Porque, igual que no existe el instinto maternal (o no al menos como nos lo han vendido), tampoco existe un gen en las mujeres que nos predisponga a cuidar de los demás. Simplemente, nosotras, hemos sido educadas para cuidar. 

Desde el momento en que nacemos, las mujeres asumimos roles de cuidadoras. ¿Desde que nacemos? Sí, desde ese mismo momento. Porque como nos taladran los lóbulos de las orejas y nos visten de rosita para que el mundo sepa que no somos como ellos, como los hombres, el mundo también se comporta con nosotras de otra manera. Y nos habla de forma distinta, más suave, más dulce, más… cuidadosa.  

 

Algunos ejemplos
Hace tiempo circulaba por las redes un vídeo acerca de un experiemento en el que vestían al mismo bebé de rosa y azul y observaban cómo las personas adultas se relacionaban con esta criatura. Lo que viene después, no te sorprenderá: a la supuesta niña la acunaban cuidadosamente, le hablaban bajito, le decían lo guapa que era y vaticinaban su futuro: sería esteticista o actriz. El supuesto niño, por su parte, recibía alabanzas (en un tono de voz mucho más elevado, por cierto) sobre su valentía, su fortaleza… características todas que le llevarían, cuando fuera mayor y según los pronósticos de estos médiums, a ser policía o futbolista.

 

Nuria Valera, en su libro “Cansadas. Una reacción feminista frente a la nueva misoginia” (Ediciones B, 2017) cuenta cómo, cuando fue a comprar una cómoda blanca para su bebé le preguntaron si era niña o niño. Ella lo flipó: ¿cómo podía afectar el sexo de la criatura en la compra de un mueble que, además, era blanco? Pues porque los tiradores “de niño” llevaban un barco de vela y “los de niña”, un corazón. ¿Qué le estábamos diciendo a una cosa tan chica con ese simple elemento de mobiliario? Si tenía bulba, el tirador le hablaba de amor, de cariño, de cuidados, al fin y al cabo. Y, si era niño, que se fuera de viaje y surcara los siete mares. 

 

Otra cosa, ¿a qué edad suelen regalarle a las niñas su primera muñeca? ¿Cuántas niñas han utilizado su mini carrito de bebé para reforzar y asegurar sus primeros pasos? Está clarinete: antes de saber hablar y andar correctamente podemos acunar un muñeco, darle de comer e incluso llevarlo a dar un pequeño paseo. No hay nada más triste y cómico a la vez que ver a un hombre cogiendo a un bebé por primera vez. Y si ya hablamos de ponerle un pañal o vestirlo… El sentimiento va desde la carcajada nerviosa al miedo más atroz que supone pensar en un ser de pocos días con un hombro dislocado. Y es que las madres, antes de serlo, hicimos un master en cambiar bebés, con el Nenuco o con el Baby Feber, sí Pero lo hicimos. Y las que no son madres, también. 

 

Pues yo no jugaba con muñecas y ahora me encantan los bebés. Po vale.

¡Yo nunca tuve un Nenuco y tengo la marca mundial registrada de tres pañales cagaos con diarreas en 4 minutos y 30 segundos! Povale también. Ole tu papo.

Pues a mi hijo le he regalado una cocinita, la bañera del Nenuco con un montón de vestiditos, la Barbie Malibú… Regálale lo que quieras, cariño. Si no tiene referencias de cuidadores masculinos y tú eres la única que cuida, lava, hace de comer, lo lleva y lo recoge al cole, a las  extraescolares, al médico, a ver a la abuela (tu madre o tu suegra, claro), a los cumpleaños… Prepárate porque todo apunta a que tu hijo varón tendrá 43 años, se habrá divorciado y tú le plancharás las camisas. Y volverás a tener to el día el coño pa arriba y pa abajo en el conservatorio, en el parque, en casa de las primas… pero con tus nietos. Ahora la vidente soy yo. ¿Me equivocaré? 

 

La importancia de las referencias

Porque en los procesos de aprendizaje y maduración de las criaturas las referencias no son importantes, son importantísimas. ¡Hasta los paquetes de tabaco nos lo dicen! Adolescentes con madres y/o padres que fuman tienen tres veces más probabilidades de hacerlo. Pues con los cuidado, tres cuartos de lo mismo. Por eso, si primero nos cuidan nuestras madres, después nuestras abuelas o una niñera, más tarde entramos en la guardería y vemos que ese trabajo también lo hacen mujeres y lo mismo ocurre en los primeros años del cole, pasa lo que pasa. Que las mujeres lo interiorizamos como una labor exclusivamente propia y los niños y hombres, como ajena. 

 

Y esta asociación subconsciente entre el género femenino y la tarea de cuidar. Esto plantea la pregunta: ¿cómo podemos esperar que los hombres interioricen y practiquen el cuidado si han crecido en un entorno en el que las cuidadoras son predominantemente mujeres?

 

¿Tiene en cuenta el profesorado los indicadores de género en sus clases?

Cuando desarrollamos el proyecto Participar para Poner la Vida en el Centro (o cualquier otra iniciativa educativa) en Ecotono tenemos muy en cuenta una serie de indicadores: uso de lenguaje inclusivo, tiempo de palabra por parte de las mujeres, propuestas exitosas… pero, ¿ocurre esto en todos los procesos de enseñanza aprendizaje? Y es que nosotras, que trabajamos muchísimo con docentes, nos hemos preguntado si realmente tiene en cuenta el profesorado los indicadores de género en sus clases.

 

 Vamos a analizarlo desde dos perspectivas clave: la inclusión de contenidos y las propuestas coeducativas.

 

Inclusión de contenidos en las propuestas

Cuando examinamos las propuestas educativas, es esencial evaluar si se están utilizando un lenguaje e imágenes inclusivos y no sexistas. ¿Se usa el lenguaje de manera equitativa, evitando el uso del masculino genérico? ¿Se presentan imágenes que desafíen los estereotipos de género?

 

Según los estudios, el uso del lenguaje inclusivo y no sexista en las propuestas educativas sigue siendo todo un desafío. De hecho, a diario comprobamos cómo un alto porcentaje de textos aún utiliza el masculino genérico, lo que invisibiliza la presencia de las mujeres y otros géneros. Asimismo, las imágenes a menudo están sesgadas, perpetuando estereotipos de género en lugar de combatirlos.

 

Por eso es fundamental que las propuestas educativas incluyan espacios de reflexión y formación para combatir estos estereotipos. Sin embargo, el porcentaje de iniciativas que realmente promueven la reflexión sobre este tema sigue siendo bajo.

 

Por otro lado, ¿se están visibilizando las contribuciones de las mujeres y sus saberes en la temática? en Este sentido, promover la visibilidad de las mujeres en todos los ámbitos del conocimiento es crucial para desafiar las narrativas dominantes y fomentar la equidad de género. Sin embargo, este aspecto también suele ser descuidado en muchas propuestas educativas.

 

Propuestas coeducativas

Una propuesta coeducativa es un enfoque educativo que busca la igualdad de género, desafiando estereotipos y roles tradicionales. Se centra en promover la igualdad de oportunidades, desafiar los estereotipos de género, visibilizar las contribuciones de mujeres y otros géneros, fomentar la reflexión y el debate, y utilizar un lenguaje inclusivo. En resumen, busca crear un ambiente educativo donde todo el alumnado, independientemente de su género, pueda participar y tener éxito. 

 

Por eso, además de la inclusión de contenidos, es importante analizar si las propuestas educativas incorporan metodologías y actividades coeducativas. ¿Se están utilizando enfoques pedagógicos que fomenten la igualdad de género y promuevan la participación activa de todos los estudiantes?

 

Las metodologías coeducativas son aquellas que reconocen y valoran las diferencias de género, promoviendo la participación equitativa de hombres y mujeres en el proceso educativo. Sin embargo, el porcentaje de propuestas que realmente incluyen el uso de estas metodologías sigue siendo limitado.

 

En resumen, la inclusión de indicadores de género en las clases es fundamental para garantizar una educación equitativa y transformadora. Por eso, las personas que nos dedicamos a la formación debemos ser corresponsables y asegurarnos de que nuestras propuestas educativas reflejen un compromiso real con la igualdad de género, tanto en los contenidos como en las metodologías utilizadas. 

 

Solo así podremos construir un futuro más inclusivo y justo para todas las personas. Solo así podremos Poner la Vida en el Centro. 

 

Encuentro inicial de coordis para la elaboración del itinerario metodológico online (1/2)

Por si no lo sabíais, en este proyecto contamos con coordis, personas que se encargan de que todo marche bien en las etapas de “Participar para Poner la Vida en el Centro y hacer de puente entre Ecotono, el colegio o instituto y la administración. Pues bien, el pasado 14 de marzo tuvo lugar el encuentro inicial de coordis para la elaboración del itinerario metodológico online con enfoque socioafectivo para la propuesta PPLVC. 

Participaron Miguel Sevilla y Silvia Extremera Castilla del  CEIP La Inmaculada, Fran Valenzuela del CEIP Clara Campoamor, María Jurado Vázquez del CEIP Encarnación Ruiz Porras, María Jiménez del IES Fernando Quiñones, Estefanía Isabel Pérez Solís del IES Levante y Beatriz Roldán Calletano del IES Galileo Galilei. Por parte de Ecotono acudieron Ana Jiménez Talavera y Andrea Valcárcel Jiménez. 

Como fue un encuentro muy rico, participativo y fructífero, abordaremos este encuentro en dos post distintos. Y aquí está el primero. 

 

Primeros pasos: conocernos, conocer el contexto, conocer el proyecto

Como no podía ser de otro modo, la sesión comenzó con la presentación de la cooperativa Ecotono y del proyecto PPLVC para pasar a preguntarnos por las dificultades que habían surgido con la pandemia. ¿Las respuestas? Destacaban la falta de herramientas virtuales y el aislamiento, lo que refuerza la importancia del proyecto en el desarrollo de metodologías participativas y herramientas específicas para entornos virtuales.

En cualquier caso, la totalidad de asistentes mostraron su interés por esta iniciativa así como en saber más sobre la participación y, tras desarrollar nuestra dinámica de “La planta” para conocernos (de ahí brotaron una encina, un poto, una margarita, un nardo, una planta de la fresa y algunas más) pasamos al meollo: la participación.

 

¿Qué entendemos por participación?

Sin duda, este es un buen punto de partida para que las personas asistentes muestren sus opiniones. De este modo, durante este primer encuentro llegamos de la mano a la conclusión de que la participación no consiste únicamente en que el alumnado sea escuchado, sino que también debe ser partícipe, que se tomen en serio sus propuestas y se lleven al claustro. Además, sus propuestas deben estar alineadas con su propia realidad, deben aprender a escuchar y llegar a acuerdos. La participación no se trata solo de que puedan opinar, sino que también tengan capacidad de decisión y que ésta sea vinculante. Participar es aprender a trabajar en equipo, lo cual es difícil pero interesante para los centros educativos.

Por eso Ana Jiménez estuvo recopilando las ideas que surgían y relacionándolas con las seis fases de los itinerarios que se ejecutan presencialmente. La cosa es que aunque la definición de participación que se tenía no coincide con el modelo de participación que tenemos actualmente, sí lo hace con el que queremos. Y este, precisamente, es un maravilloso punto de partida para trabajar y hacer autocrítica.

En breve seguiremos desarrollando el resto de este primer encuentro con coordis

 

Comenzamos a trabajar con el CEIP Encarnación Ruiz Porras

Ayer nos reunimos con un grupo pequeño en tamaño pero grande en ideas, ganas y motivación. Se trata del alumnado del CEIP Encarnación Ruiz Porras en Marinaleda, Sevilla. Y, ¿qué mejor forma de arrancar que escuchando cómo Luka nos explicaba quién fue esa señora y todo lo que hizo por la alfabetización del pueblo?

Además de Luka, también asistieron tres compañeras más: Eli, Daniela y Elena. Sí, eran solo cuatro las personas (la profe se marchó tras la presentación) más dos técnicas de Ecotono (Andrea y Ana), pero sabemos que cantidad no es sinónimo de calidad. 

Fotografía: Ana Vigueras

 

Aprender a organizarnos para conseguir un objetivo común

No importa el número. De hecho, nos explicaron muchísimas cosas: que eran pocas porque su localidad es pequeña y en el instituto el alumnado no alcanza la centena; que formaban parte del Comité Ambiental porque les interesó mucho la iniciativa; que allí se reunían y visitaban las diferentes aulas del centro para averiguar las necesidades e informar sobre lo que están haciendo en el centro (colocar contenedores de basura, cajas para recolectar tapones, etc.); que cuidar el medioambiente era imprescindible y necesario; que las personas éramos todas iguales, sin importar la raza o el género…

Sobre todo nos encantó la importancia y el sentido que le dieron a la participación en los diferentes proyectos del centro. Primero, porque de lo contrario todo sería hacer deberes y eso aburre un poco. Y ,segundo, porque quieren hacer algo más, porque “participar es otra forma de aprender, es estudiar de una forma diferente y más divertida”. Y es que para este grupo, es importante aprender a organizarnos para conseguir un objetivo común. 

 

Cómo queremos que este proyecto se desarrolle

Tras el desarrollo de diversas dinámicas en las que pudimos conocernos mejor y reflexionar sobre cómo trabajamos con el mundo virtual, qué habilidades tenemos y cómo nos fue en este sentido durante la pandemia, comenzamos a centrarnos en lo que realmente queremos que este proyecto sea.

Para eso, nada como preguntarnos cómo nos gustaría que fuera un trabajo online para que sea interesante y funcione. Y, claro está, pensar en común diversas ideas para conseguirlo. Así, el alumnado apostó por implementar juegos y dinámicas para explicar el proyecto de una manera llamativa y atractiva.

Además, se deberían ofrecer clases virtuales y enseñar al alumnado a manejar las plataformas digitales de manera efectiva, para evitar confusiones y mejorar la experiencia de aprendizaje. Asimismo, se podría considerar la posibilidad de combinar lo digital con lo presencial, siempre y cuando se respeten las necesidades y preferencias de cada estudiante. Por último, defendieron crear actividades y juegos adaptados a la edad y nivel de cada curso, de manera que todos los estudiantes puedan participar y disfrutar del proceso de aprendizaje.

En el lado opuesto, y porque si queremos saber qué nos gusta debemos conocer lo que no nos agrada; Eli, Daniela, Elena y Luka estuvieron de acuerdo en que el profesorado no prolongara excesivamente sus exposiciones; que no se repitieran continuamente las mismas actividades y que se presentaran propuestas novedosas para que el alumnado participara con mayor entusiasmo.

Y así, nos despedimos explicándoles lo que está por venir. Porque en mes y medio nos reuniremos nuevamente junto a los seis comités ambientales de cada centro. Pero antes, nos sentaremos a trabajar con profesorado, las diferentes AMPA y alumnado. Seremos muchas las personas implicadas y reunidas, trabajando juntas, participando para poner la vida en el centro. 

Con una gran sonrisa en sus rostros, Eli, Daniela, Elena y Luka nos dejaron ver la emoción que sentían por todo esto. 

 

¿Cómo reunirse online poniendo la vida en el centro?

En medio de la adversidad, siempre encontramos formas ingeniosas de adaptarnos… Así nos pasó con el brote del COVID-19 y la tercera fase Participar para Poner la Vida en el Centro: no podíamos consentir que un virus, por letal que fuera, acabara de golpe y porrazo con un proyecto como este, tan necesario y con tanto trabajo detrás.

Y con este escenario, y la tercera fase de Participar para Poner la Vida en el Centro como contexto, nos propusimos encontrar formas innovadoras de continuar aprendiendo y creciendo de la mano. ¿Cómo? Pues como todo el mundo: a través de las tecnologías de la información y la comunicación. 

Pero no nos engañemos. Siempre hemos sido muy conscientes de que en los terrenos de lo virtual se pierden muchas cosas: contacto, complicidad, comunicación no verbal… Además, debíamos tener en cuenta que, aunque muchas personas llevaban años trabajando en remoto, la gran mayoría de participantes en este proyecto, no lo había hecho nunca.

Era todo un reto pero no nos podíamos achantar. Desde la misma concepción y diseño de esta tercera fase de PPLVC, introdujimos de manera transversal, consciente y responsable la virtualidad y en este post os lo contamos. 

 

La importancia de las buenas prácticas

En los proyectos formativos ecosociales, la adopción de buenas prácticas virtuales se vuelve crucial. Porque conectarnos y trabajar a través de pantallas debe traer de la mano interacciones no solo respetuosas, sino también enriquecedoras.

En primer lugar, la comunicación clara y efectiva es fundamental. Debemos expresar nuestras ideas de manera concisa y comprensible, evitando malentendidos y confusiones. Además, debemos ser respetuosos al expresar nuestras opiniones, fomentando un ambiente de diálogo constructivo y abierto.

La colaboración también juega un papel clave. Debemos promover la participación activa de todos los involucrados, brindando oportunidades equitativas para compartir conocimientos y perspectivas. El respeto por la diversidad de opiniones y la creación de un espacio inclusivo son aspectos esenciales para construir una comunidad sólida y enriquecedora.

Asimismo, es importante fomentar la ética digital. Debemos ser conscientes de la privacidad y la seguridad de la información, evitando el uso indebido de datos personales y respetando los derechos de autor. Promover el uso responsable de la tecnología y la protección del medio ambiente digital es fundamental en proyectos ecosociales.

Por último, no debemos olvidar la importancia de la empatía. En un entorno virtual, es más difícil captar las emociones y los matices de las interacciones. Por lo tanto, debemos esforzarnos por comprender las perspectivas de los demás, mostrando compasión y apoyo en todo momento.

Con estos mimbres y alguno más elaboramos un manual de buenas prácticas virtuales que les hemos facilitado y explicado a cada uno de los colectivos participantes en PPLVC.

 

Manual de buenas prácticas para una correcta participación durante las reuniones online

El manual que hemos elaborado no solo contiene la información necesaria para usar Zoom sino que, lo que nos parece más interesante, también contiene las claves para hacerlo bien.

Por eso, tras explicar el entorno de esta aplicación, sus opciones y posibilidades (mutar cámara y/o micro, chat, reacciones, etc.), en el manual ofrecemos dos tipos de recomendaciones de buenas prácticas virtuales: para participantes y para personas dinamizadoras. 

Al primer grupo, les proponemos que comprueben su nombre, que es preferible que conecten la cámara y aprovechen todas las opciones de participación (micro, chat, reacciones…), que usen auriculares con micro en la medida de lo posible y levanten la mano para participar.

Al segundo, entre otras cuestiones, le recomendamos que comiencen las reuniones con una breve presentación, que expliquen brevemente el funcionamiento básico de la herramienta y las normas de participación, que avisen si se va a grabar la reunión o que, al igual que ocurre en lo presencial, la participación online debe ser dinamizada.

En resumen, las buenas prácticas virtuales en proyectos formativos ecosociales son esenciales para crear una comunidad en línea saludable y productiva. Al comunicarnos de manera clara y respetuosa, fomentar la colaboración y la inclusión, mantener una ética digital y practicar la empatía, construiremos un espacio virtual en el que todos puedan aprender, crecer y contribuir positivamente a un mundo más sostenible.

Y, como siempre y con todos nuestros materiales,  si quieres tener el manual para ponerlo en práctica solo tienes que pedírnoslo. 

 

Nuevo año, nuevo proyecto: En marcha (casi) la tercera fase de PPLVC

Qué mejor forma de comenzar el año que anunciando nuevas y buenas noticias. Y es que tenemos a puntito de salir del horno la tercera fase de Participar para Poner la Vida en el Centro (PPLVC). Esta iniciativa está diseñada y coordinada por Ecotono S. Coop. Andaluza de Interés Social y subvencionada por la Agencia Andaluza de Cooperación al Desarrollo Internacional como proyecto de Educación para el Desarrollo.

Como bien sabéis, ante las carencias del sistema educativo actual, PPLVC viene a responder a la necesidad de crear una ciudadanía global crítica que participe activamente en la construcción de una sociedad que asegure la sostenibilidad y el cuidado de la vida humana y medioambiental. 

Y todo esto lo hacemos a través de intervenciones educativas que favorezcan la adquisición de saberes que nos permitan participar activamente integrando criterios de Sostenibilidad, Género y Justicia N-S en la toma de decisiones. 

Además, no lo desarrollamos en soledad, sino que en este proceso de investigación colectiva, además de las diferentes comunidades educativas de los centros en los que intervenimos, nos acompañan diferentes ONG y otras entidades con las que compartimos filosofía e intenciones.

Contamos con las maravillosas ilustraciones de Mari Muriel (Lamari)

 

Seis centros públicos para unos objetivos bien definidos

En esta tercera fase participarán exclusivamente seis centros públicos de Cádiz, Granada y Sevilla. Con ellos tomaremos conciencia de la la necesidad de organizarnos para participar en los centros educativos, incorporando criterios de sostenibilidad ecológica, justicia global e igualdad de oportunidades y posibilidades en nuestra toma de decisiones.

Así, pretendemos orientar  las actuaciones del profesorado para que impulsen procesos participativos donde el alumnado sea protagonista. Tras un autodiagnóstico inicial orientaremos el proyecto hacia una de estas iniciativas: campaña de sensibilización, proyecto transformador o revisión y propuestas en los contextos de participación del centro educativo. 

¿Los objetivos? Los tenemos muy claros. Queremos promover el desarrollo de procesos participativos en los que el alumnado sea protagonista, y que adquiera las capacidades necesarias para participar activamente integrando criterios de sostenibilidad ecológica, igualdad de oportunidades y posibilidades y justicia global en su toma de decisiones individuales y colectivas en el centro educativo.

 

Dos etapas en un año y medio

Desde enero de este año hasta junio del que viene, iremos desarrollando diferentes actividades con el fin de cumplir estos objetivos. Y todo ello, claro está, se hará conforme a los preceptos que nos impone este fastidioso virus. Vamos, que salvo que cambien las cosas, haremos el trabajo, los encuentros, análisis… online. ¡Lo tenemos todo listo para que salga perfecto!

La primera etapa que empieza muy pronto consiste en la elaboración de una versión online de la propuesta con enfoque socioafectivo y participación de profesorado, alumnado y familias en su elaboración. La pandemia ha dejado clara la necesidad de metodologías que favorezcan este tipo de procesos que desarrollar de manera telemática.

La segunda etapa arrancará con el autodiagnóstico y la selección del modelo de intervención. Así plantearemos un proceso de trabajo que culmine en una de las tres acciones (campaña de sensibilización, proceso transformador o revisión de contextos de participación del propio centro educativo). Para ello se desarrollarán las seis etapas (las mismas para los tres modelos): abordaje de la temática, mi/nuestra relación con el tema, elaboración de ideas y propuestas, planificación, gestión, ejecución y evaluación. 

Sabemos que hay mucho trabajo por hacer y que nuestros objetivos son ambiciosos pero nos encantan los retos y, como hemos podido explicar en este post, lo tenemos todo muy bien programado. Muy prontito ofreceremos más información acerca de los centros y nuestras impresiones.

¡Prestad mucha atención y no nos perdáis la pista!

 

 

CEIP San José Obrero: un nuevo viaje para vivir La Vida en el Centro

En breve pondremos en marcha una nueva edición de nuestro programa La Vida en el Centro en centros escolares. En esta ocasión, y con la financiación del Servicio de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Sevilla, el proyecto se desarrollará en el sevillano CEIP San José Obrero.

Ya tenemos listo todo el material para hacer crecer los saberes colectivos de profesorado y alumnado en todos los ciclos educativos: desde Infantil hasta 6º de Primaria, y lo haremos como mejor sabemos y nos gusta: en un proceso de motivación, reflexión, análisis, gestión, acción y, claro, evaluación.

Por supuesto, no lo hacemos de manera unidireccional y vertical, sino todo lo contrario. Así, en Ecotono abrimos los brazos y caminamos en un viaje que es en sí el destino, y con las manos cogidas de:

  • Alumnado, profesorado, AMPA, familias y asociaciones de vecinas y vecinos de la zona.
  • La entrega y la ilusión del equipo multidisciplinar de Ecotono.
  • Metodologías y herramientas participativas, creativas y transformadoras; horizontalidad; itinerarios cíclicos y el trabajo en red.
  • Los contenidos y competencias propios de la Educación para el Desarrollo, la Educación para la Participación, la Educación para la Sostenibilidad y la Coeducación, la Economía de los Cuidados, la Economía feminista, el Ecofeminismo y la Economía Ecológica.

Contamos con un buen mapa que nos guiará durante este viaje en el que tenemos la motivación, la formación y la orientación como herramientas para el profesorado, así como un montón de actividades que desarrollaremos con este grupo y su alumnado en diferentes fases a lo largo de los próximos meses.