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¿Cómo reunirse online poniendo la vida en el centro?

En medio de la adversidad, siempre encontramos formas ingeniosas de adaptarnos… Así nos pasó con el brote del COVID-19 y la tercera fase Participar para Poner la Vida en el Centro: no podíamos consentir que un virus, por letal que fuera, acabara de golpe y porrazo con un proyecto como este, tan necesario y con tanto trabajo detrás.

Y con este escenario, y la tercera fase de Participar para Poner la Vida en el Centro como contexto, nos propusimos encontrar formas innovadoras de continuar aprendiendo y creciendo de la mano. ¿Cómo? Pues como todo el mundo: a través de las tecnologías de la información y la comunicación. 

Pero no nos engañemos. Siempre hemos sido muy conscientes de que en los terrenos de lo virtual se pierden muchas cosas: contacto, complicidad, comunicación no verbal… Además, debíamos tener en cuenta que, aunque muchas personas llevaban años trabajando en remoto, la gran mayoría de participantes en este proyecto, no lo había hecho nunca.

Era todo un reto pero no nos podíamos achantar. Desde la misma concepción y diseño de esta tercera fase de PPLVC, introdujimos de manera transversal, consciente y responsable la virtualidad y en este post os lo contamos. 

 

La importancia de las buenas prácticas

En los proyectos formativos ecosociales, la adopción de buenas prácticas virtuales se vuelve crucial. Porque conectarnos y trabajar a través de pantallas debe traer de la mano interacciones no solo respetuosas, sino también enriquecedoras.

En primer lugar, la comunicación clara y efectiva es fundamental. Debemos expresar nuestras ideas de manera concisa y comprensible, evitando malentendidos y confusiones. Además, debemos ser respetuosos al expresar nuestras opiniones, fomentando un ambiente de diálogo constructivo y abierto.

La colaboración también juega un papel clave. Debemos promover la participación activa de todos los involucrados, brindando oportunidades equitativas para compartir conocimientos y perspectivas. El respeto por la diversidad de opiniones y la creación de un espacio inclusivo son aspectos esenciales para construir una comunidad sólida y enriquecedora.

Asimismo, es importante fomentar la ética digital. Debemos ser conscientes de la privacidad y la seguridad de la información, evitando el uso indebido de datos personales y respetando los derechos de autor. Promover el uso responsable de la tecnología y la protección del medio ambiente digital es fundamental en proyectos ecosociales.

Por último, no debemos olvidar la importancia de la empatía. En un entorno virtual, es más difícil captar las emociones y los matices de las interacciones. Por lo tanto, debemos esforzarnos por comprender las perspectivas de los demás, mostrando compasión y apoyo en todo momento.

Con estos mimbres y alguno más elaboramos un manual de buenas prácticas virtuales que les hemos facilitado y explicado a cada uno de los colectivos participantes en PPLVC.

 

Manual de buenas prácticas para una correcta participación durante las reuniones online

El manual que hemos elaborado no solo contiene la información necesaria para usar Zoom sino que, lo que nos parece más interesante, también contiene las claves para hacerlo bien.

Por eso, tras explicar el entorno de esta aplicación, sus opciones y posibilidades (mutar cámara y/o micro, chat, reacciones, etc.), en el manual ofrecemos dos tipos de recomendaciones de buenas prácticas virtuales: para participantes y para personas dinamizadoras. 

Al primer grupo, les proponemos que comprueben su nombre, que es preferible que conecten la cámara y aprovechen todas las opciones de participación (micro, chat, reacciones…), que usen auriculares con micro en la medida de lo posible y levanten la mano para participar.

Al segundo, entre otras cuestiones, le recomendamos que comiencen las reuniones con una breve presentación, que expliquen brevemente el funcionamiento básico de la herramienta y las normas de participación, que avisen si se va a grabar la reunión o que, al igual que ocurre en lo presencial, la participación online debe ser dinamizada.

En resumen, las buenas prácticas virtuales en proyectos formativos ecosociales son esenciales para crear una comunidad en línea saludable y productiva. Al comunicarnos de manera clara y respetuosa, fomentar la colaboración y la inclusión, mantener una ética digital y practicar la empatía, construiremos un espacio virtual en el que todos puedan aprender, crecer y contribuir positivamente a un mundo más sostenible.

Y, como siempre y con todos nuestros materiales,  si quieres tener el manual para ponerlo en práctica solo tienes que pedírnoslo. 

 

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