Ayer nos reunimos con un grupo pequeño en tamaño pero grande en ideas, ganas y motivación. Se trata del alumnado del CEIP Encarnación Ruiz Porras en Marinaleda, Sevilla. Y, ¿qué mejor forma de arrancar que escuchando cómo Luka nos explicaba quién fue esa señora y todo lo que hizo por la alfabetización del pueblo?
Además de Luka, también asistieron tres compañeras más: Eli, Daniela y Elena. Sí, eran solo cuatro las personas (la profe se marchó tras la presentación) más dos técnicas de Ecotono (Andrea y Ana), pero sabemos que cantidad no es sinónimo de calidad.
Aprender a organizarnos para conseguir un objetivo común
No importa el número. De hecho, nos explicaron muchísimas cosas: que eran pocas porque su localidad es pequeña y en el instituto el alumnado no alcanza la centena; que formaban parte del Comité Ambiental porque les interesó mucho la iniciativa; que allí se reunían y visitaban las diferentes aulas del centro para averiguar las necesidades e informar sobre lo que están haciendo en el centro (colocar contenedores de basura, cajas para recolectar tapones, etc.); que cuidar el medioambiente era imprescindible y necesario; que las personas éramos todas iguales, sin importar la raza o el género…
Sobre todo nos encantó la importancia y el sentido que le dieron a la participación en los diferentes proyectos del centro. Primero, porque de lo contrario todo sería hacer deberes y eso aburre un poco. Y ,segundo, porque quieren hacer algo más, porque “participar es otra forma de aprender, es estudiar de una forma diferente y más divertida”. Y es que para este grupo, es importante aprender a organizarnos para conseguir un objetivo común.
Cómo queremos que este proyecto se desarrolle
Tras el desarrollo de diversas dinámicas en las que pudimos conocernos mejor y reflexionar sobre cómo trabajamos con el mundo virtual, qué habilidades tenemos y cómo nos fue en este sentido durante la pandemia, comenzamos a centrarnos en lo que realmente queremos que este proyecto sea.
Para eso, nada como preguntarnos cómo nos gustaría que fuera un trabajo online para que sea interesante y funcione. Y, claro está, pensar en común diversas ideas para conseguirlo. Así, el alumnado apostó por implementar juegos y dinámicas para explicar el proyecto de una manera llamativa y atractiva.
Además, se deberían ofrecer clases virtuales y enseñar al alumnado a manejar las plataformas digitales de manera efectiva, para evitar confusiones y mejorar la experiencia de aprendizaje. Asimismo, se podría considerar la posibilidad de combinar lo digital con lo presencial, siempre y cuando se respeten las necesidades y preferencias de cada estudiante. Por último, defendieron crear actividades y juegos adaptados a la edad y nivel de cada curso, de manera que todos los estudiantes puedan participar y disfrutar del proceso de aprendizaje.
En el lado opuesto, y porque si queremos saber qué nos gusta debemos conocer lo que no nos agrada; Eli, Daniela, Elena y Luka estuvieron de acuerdo en que el profesorado no prolongara excesivamente sus exposiciones; que no se repitieran continuamente las mismas actividades y que se presentaran propuestas novedosas para que el alumnado participara con mayor entusiasmo.
Y así, nos despedimos explicándoles lo que está por venir. Porque en mes y medio nos reuniremos nuevamente junto a los seis comités ambientales de cada centro. Pero antes, nos sentaremos a trabajar con profesorado, las diferentes AMPA y alumnado. Seremos muchas las personas implicadas y reunidas, trabajando juntas, participando para poner la vida en el centro.
Con una gran sonrisa en sus rostros, Eli, Daniela, Elena y Luka nos dejaron ver la emoción que sentían por todo esto.