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Cerramos el círculo: una evaluación con sentido

El pasado 18 de junio nos volvimos a encontrar con el alumnado del grupo motor participante en el proyecto Solidaridad en acción: Aprendizaje – Servicio para el Desarrollo que estamos desarrollando en el IES Miguel de Cervantes. Esta vez no era para coordinar tareas, montar stands, preparar camisetas ni hacer entrevistas para la radio. Esta vez tocaba parar, respirar y mirar con perspectiva todo lo que habíamos vivido en estos meses.

La sesión de evaluación se estructuró en tres momentos: una autoevaluación con gómets, una recogida de valoraciones en post-its y una conversación abierta. Tres formatos distintos para escuchar las voces del alumnado y recoger con honestidad los aciertos, las dificultades y las propuestas de mejora. Y, sobre todo, para reconocer el camino recorrido.

Los resultados hablan por sí solos: más del 80% del grupo expresó su deseo de repetir una experiencia similar. Muchas personas dijeron haberse sentido útiles, reconocidas, capaces de hacer algo real. Algo que transformara —aunque fuera un poquito— y pusiera la Vida del centro.

💬 “La feria fue increíble, nunca había participado en algo así”
💬 “Trabajar en equipo y conocer a más gente del centro”
💬 “Ver que sí podemos hacer cosas reales”
💬 “Sentirme útil de verdad”

En los post-its aparecieron también críticas sinceras: el calor, la falta de sombra, los horarios de reuniones, algunas dinámicas que no salieron como esperaban… Pero incluso esas observaciones fueron compartidas desde el cuidado, con voluntad de mejorar para el futuro. De hecho, buena parte de la conversación giró en torno a cómo podríamos organizar mejor los tiempos, cuidar la logística o asegurar una mejor comunicación con las familias.

Hubo también agradecimientos especiales. El grupo quiso reconocer el trabajo de Emmanuel, que diseñó y preparó él solo la Fiesta del Agua, una de las actividades más celebradas del día de la feria. Y se recordó el consenso alcanzado para no usar objetos de temática bélica, como las pistolas de agua, en coherencia con el espíritu del proyecto. Pequeños grandes detalles que muestran hasta qué punto este proceso ha sido asumido como propio.

La conversación cerró con aprendizajes compartidos: sobre organización, escucha, respeto, corresponsabilidad. Sobre lo que supone sostener un proyecto desde dentro, con un gran trabajo, construyéndolo colectivamente. Y también con ganas: de repetir, de mejorar, de seguir transformando la vida en el instituto y el barrio desde la participación.

Esta evaluación se enmarca en el proyecto Solidaridad en acción: Aprendizaje – Servicio para el Desarrollo, financiado por el Servicio de Cooperación al Desarrollo del Ayuntamiento de Sevilla. Desde aquí, ahora que el alumnado comienza sus vacaciones y están tan cerca las del profesorado, les damos las gracias a todas las personas que habéis formado parte de este proceso… ¡y las que seguís ahí porque el proyecto aún no ha acabado!

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