Según la UNESCO, solo alrededor del 30% de las personas que se dedican a la investigación en todo el mundo son mujeres. Esta cifra desciende al 12,8% si nos centramos en las ciencias naturales, las matemáticas y las estadísticas. Hoy se celebra el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia y desde aquí, que somos mujeres y trabajamos desde la educación con niñas, todo esto nos remueve mucho.
Y es que la participación de las mujeres en las disciplinas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas) ha sido históricamente baja en comparación con la de los hombres. ¿los motivos? Tantos como variados… pero, vamos, que son los de siempre: estereotipos de género arraigados, la falta de modelos femeninos en el campo, falta de motivación adecuada desde una edad temprana, falta de apoyo económico…
La importancia de los modelos y las referencias
Es crucial presentar a las niñas modelos que seguir en el campo de STEM desde una edad temprana. Al resaltar la contribución de mujeres científicas y sus logros históricos y contemporáneos, podemos inspirar a las niñas a seguir estas mismas carreras. ¿Están presentes en los curriculos Marie Curie, Rosalind Franklin, Ada Lovelace y Katherine Johnson? Pues deberían estarlo (más) porque sus contribuciones han sido fundamentales en campos como la física, la biología, la informática y las matemáticas.
Por supuesto que también es esencial que los programas educativos en la educación Primaria y Secundaria incorporen contenidos y actividades que sean inclusivos y alentadores para las niñas. No solo en los libros de texto –que por supuesto– sino también en otros materiales como películas, series, novelas, cómics… que representen una diversidad de género en los roles científicos.
Brindar oportunidades de mentoría y apoyo continuo a las niñas interesadas en STEM es fundamental para nutrir su interés y habilidades en estas áreas. Programas como charlas y encuentros con mujeres profesionales en STEM, clubes extracurriculares o incluso campamentos de verano pueden proporcionar un espacio seguro y alentador donde las niñas puedan explorar sus intereses y reciban orientación de modelos femeninos.
Porque promover la participación de las niñas en STEM desde la educación Primaria es esencial para construir un futuro más inclusivo, equitativo e innovador. Porque cuando destacamos el trabajo y los logros de mujeres científicas y proporcionamos un entorno educativo que fomente la curiosidad y la experimentación, podemos empoderar a las futuras generaciones de científicas. Solo así nos aseguraremos de que todas las mentes talentosas tengan la oportunidad de contribuir al avance del conocimiento y la tecnología.